Convierte, redimensiona y comprime imagenes con Squoosh

Todo creador de contenido sabe que ilustrar sus textos con imágenes de calidad es esencial para captar y mantener la atención del lector. Las imágenes no solo complementan la información, sino que también pueden ser el eje central que refuerce el mensaje del texto.

En la web, no basta con agregar imágenes y videos; es importante comprender que estos recursos deben ser de la calidad justa y al mismo tiempo relevantes. Excederse en el uso de imágenes o videos que no aportan valor puede ser contraproducente, diluyendo el mensaje en lugar de fortalecerlo.

Cómo elegir la imagen correcta

En muchos casos, una sola imagen puede ser suficiente para ilustrar un contenido de manera efectiva. Las imágenes y fotografías, al ser contenido visual estático, proporcionan contexto y ayudan al lector a comprender mejor la idea o el entorno descrito en el texto. Sin embargo, agregar imágenes redundantes que no ofrecen nueva información o que no enriquecen el contenido puede ser contraproducente. No solo no añaden valor, sino que también pueden ralentizar la carga de la página y afectar negativamente la experiencia del usuario.

Cuando redactamos artículos o noticias, no siempre disponemos de la imagen perfecta que ilustre el contenido de manera precisa y aporte un valor significativo. En estos casos, es común recurrir a imágenes genéricas o que se aproximen a lo que queremos transmitir. Sin embargo, cuando se eligen estas imágenes, no es necesario enfocarse demasiado en la alta calidad o en dimensiones excesivas, ya que el objetivo principal es complementar el contenido sin afectar la eficiencia de la página.

Usa el tamaño adecuado para cada pantalla

Al crear contenido, es fundamental no solo pensar en la audiencia, sino también en los dispositivos donde este será consumido. Desde una tablet hasta un televisor 4K, cada pantalla ofrece una experiencia diferente.

En un sitio web de noticias o artículos temáticos, es probable que la mayor parte del tráfico provenga de dispositivos móviles. Estas pantallas, más pequeñas y con brillo limitado, suelen mostrar el contenido en formato vertical, con los elementos uno debajo del otro. En este contexto, imágenes de gran tamaño y alta resolución pueden no mejorar la experiencia del usuario; de hecho, pueden ralentizar la carga de la página y consumir recursos innecesarios, lo que resulta en una experiencia negativa.

Sin embargo, esto no significa que debas centrarte exclusivamente en dispositivos móviles al elegir tus imágenes. También es importante considerar que muchos usuarios acceden a contenido desde notebooks o monitores de escritorio, donde las pantallas son más grandes y pueden beneficiarse de imágenes de mayor calidad. Por otro lado, es poco probable que una noticia sea leída en un televisor 4K, lo que establece un límite en las dimensiones y calidad necesarias para tus imágenes en este tipo de contenido. Ahora bien, si hablamos de videos para un canal de YouTube, entonces sí es posible que el contenido se consuma en un televisor 4K, lo que requeriría un enfoque diferente.

Elige dimensiones y calidad de imagen que se adapten al dispositivo objetivo. Esto ahorra espacio de almacenamiento, mejora la velocidad de carga y proporciona una experiencia de usuario más fluida y agradable.

¿Video o imagen?

El video se ha convertido en uno de los formatos más populares y de rápido crecimiento en el consumo de contenido. Plataformas como YouTube, TikTok e Instagram han demostrado que las generaciones actuales prefieren el contenido en video. Sin embargo, no todos los videos tienen el mismo impacto. Estas mismas redes sociales han perfeccionado sus algoritmos para priorizar aquellos videos que son más atractivos y tienen mayor probabilidad de generar clics y visualizaciones. Entonces, ¿Qué tipo de videos capturan realmente la atención?

Tanto el video como la imagen deben aportar valor al contenido, especialmente en un artículo escrito. Si un video no ofrece un punto de vista único o un contexto adicional, es probable que una sola fotografía, o una serie de ellas, cumpla mejor con ese propósito. Un video debe mostrar algo que una imagen no puede transmitir por sí sola.

El video tiene una característica clave: el tiempo. En un entorno donde la oferta de contenido es prácticamente infinita, los usuarios tienden a consumir de manera rápida y superficial, deteniéndose solo en aquello que capta su atención en los primeros 3 segundos. Si logras atrapar su interés, tienes entre 1 a 3 minutos para cumplir con sus expectativas.

Cuando se trata de videos que acompañan un artículo escrito, es crucial considerar cuánto tiempo puedes retener la atención del usuario. Si el video es atractivo, un usuario podría quedarse entre 1 y 3 minutos. Si el artículo es corto y va al grano, es más probable que el usuario busque informarse en menos de 60 segundos. En casos de reportajes o entrevistas en profundidad, el usuario podría dedicar hasta 5 minutos al video. En plataformas como TikTok, el tiempo de atención promedio oscila entre 15 y 60 segundos.

Editar una imagen para ajustarla a tu objetivo

Una vez que has encontrado la imagen perfecta para ilustrar tu artículo, asegurarte de que no comprometa la velocidad de carga ni la experiencia del usuario. Esto se logra optimizando la imagen en términos de dimensiones, formato y resolución.

En Medios CMS, contamos con mecanismos automáticos de compresión que ayudan a que tus imágenes sean más eficientes. Sin embargo, estos sistemas automáticos tienen sus límites. Si subes imágenes de gran tamaño y peso, es posible que las herramientas automáticas no logren los mejores resultados. Por eso, es importante que revises y optimices tus imágenes antes de subirlas, ajustando sus dimensiones y peso según sea necesario.

Una herramienta recomendada para este propósito es Squoosh.app. Este servicio en la nube te permite redimensionar y comprimir imágenes de forma gratuita y sin necesidad de registro. Simplemente arrastra tu imagen al cargador de Squoosh, ajusta los parámetros según tus necesidades, y descarga la versión optimizada. Es un proceso sencillo y directo que puede hacer una gran diferencia en la eficiencia y rendimiento de tu sitio.